Según el Clásico del Emperador Amarillo, «todas las innumerables afecciones comienzan con la energía. En el momento en que existe un desequilibrio de energía, puede presentarse cualquier afección».
Todas las formas de vida del universo están animadas por una fuerza vital esencial denominada Qi. El Qi es energía, movimiento, es sinónimo de vida.
En el momento de nuestra concepción recibimos el Qi primordial, este nos acompañará a lo largo de nuestra vida. Es como si fuera una batería que vamos a utilizar cuando sea necesario, esta energía no se repone y su duración determinará el tiempo de nuestra vida. A partir del nacimiento, de nuestro primer aliento, tenemos la posibilidad de incorporar energía a nuestro cuerpo por medio de una correcta alimentación y una correcta respiración. Administrando eficazmente nuestra alimentación y respiración, evitando los excesos en nuestros actos, obtendremos como resultado una vida más longeva.